La vida es como una caja de sorpresas, nunca sabes qué te va
a tocar, pero eso es lo divertido de la vida, hace que la vivas intensamente,
sin preocupaciones, sin tapujos. Sin embargo, lo más triste, es cuando deseas
disfrutar a plenitud tu vida, el insomnio es una obstáculo en ese camino, el no
dormir es una de las experiencias más desgarradoras que puede existir, ya que
te impide tener mayor percepción de las cosas, tu proceso cognitivo se diluye y
toma lugar tu hígado, haciendo ver al mundo una molestia incesante.
El dormir, es uno de los mayores placeres que existen, el
cuerpo entra un descanso total, la mente fluye por un sueño profundo, entra por
nuestros lugares más íntimos, ahí somos nosotros mismos, no hay nada que nos
impida hacer, el gozo es enorme, y las
circunstancias son efímeras, ya que debemos de levantarnos y seguir con nuestra
rutina diaria, pero lo doloroso es no encontrar el sueño para poder descansar hasta la saciedad, dar vueltas y vueltas
alrededor de la cama y no encontrar al sueño, como si dormir no fuera una
facultad del hombre, sino una virtud existente para algunos mortales, en donde
pocos son capaces de alcanzarla, siendo yo uno de los condenados a mantenerme
despierto-en gran parte de la vida-por el resto de mis días.
El ser humano hace una serie de actividades todos los días,
pero siempre espera al final del día llegar a su morada, vislumbrar con una
sonrisa su apreciada cama, dueña de los más grandes sueños, y el elíxir para
seguir con la vida alborotada que normalmente llevamos todos, pero aquel castigado
con el insomnio, ve a su lecho el lugar donde se libra una sangrienta batalla
por domar al sueño, atraparla y someterla a sus deseos, para hacer del día
siguiente, no un día más, sino un día para vivir mejor, pero muchas veces, el
personaje, es aprisionado por el sueño, llevándolo a una de las más crueles
torturas, que terminan cuando el gallo del vecino empieza a manifestar los
primeros rayos del sol, ocasionando secuelas que lo atormentarán durante todo
el día, hasta llegar nuevamente a su dormitorio, librando nuevamente la lucha
encarnizada.
El insomnio es uno de los peores enemigos del hombre, la
mayoría los detesta, pero muchos lo tienen durmiendo a su lado, los acompaña en
las noches con una intensidad avasalladora, imposible poder quitárselo de
encima totalmente, puede ser controlado pero no exterminado. Aquellos que
consiguieron vencer al insomnio, mi más sincera admiración, por derrotar-no del
todo-a esa lacra que no hace sino perturbar la mente del personaje, ya que lo
convierte en un testarudo, un amargado de la vida, en donde todo le incomoda, y lo transforma en un ser
solitario, quisquilloso por su temperamento, que lo hace imposible convivir con
otro ser.
La vida es un regalo, pero siempre todo regalo tiene un
precio, no hay certeza de ese valor, no obstante existen innumerables
obstáculos que impiden vivir intensamente, el insomnio es uno de ellos, un
virus en nuestra computadora que podemos combatirla constantemente, pero no
erradicarla del todo. Mi madre siempre dice que la vida no está comprada, en
cierta forma tiene razón, pero así como no compramos nuestra vida, a veces ella
nos puede venir con algunas falencias que es importante descubrirlas y
destruirlas, de lo contrario nos jugarán una mala pasada terminando con nuestra
propia existencia.
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