Hay una frase que dice: “las palabras se las lleva el viento”.
Eso, no es del todo cierto, hay cosas que la gente olvida, pero muchas veces
impacta. Sobre todo, aquellas palabras que hacen remecer al mundo, haciendo un
ruido ensordecedor.
Uno de los referentes de hacer estremecer al mundo con sus
declaraciones, fue sin lugar a dudas, Adolfo Hitler. El líder alemán con su
lengua enamoró a un país, llevándolo a
un clímax irracional y finalmente dejó a su nación en una completa ruina, que
hasta el día de hoy lo recuerda como un pasado negro y nefasto.
Muchos biógrafos de ‘El Führer’ aseguran que sufría de
orgasmos al momento de realizar sus discursos al pueblo alemán, por ello, la
forma exagerada y elocuente a la hora de manifestar sus emociones, hicieron de
él, un personaje único, sobre todo por ese pequeño bigote cuadrado. A pesar de
ser un hombre que combatió en la Primera Guerra Mundial, su deseo fue entrar en
la vida política, haciendo de todo por ser el más poderoso de Alemania,
incluso, saqueos y asesinatos, aunque sucedieron cosas externas que influyeron
en su ascenso al poder-como la crisis de 1929- fue su oratoria, el sendero
donde transitó para ser el alemán más importante.
"El Führer no es el único
personaje sanguinario que
haya visto el mundo"
Hitler fue un antisemita, un racista, con el anhelo de volver
al pueblo germano a su apogeo con la raza aria, solo así, regresaría la
Alemania de Oro, ese reino lleno de dioses y héroes, combatientes y
superdotados. No obstante, la
combinación con otra estirpe, solo hizo deteriorar a esos hombres, por lo tanto
el resto de etnias deberían de exterminarse. Es precisamente esa ideología, la
culpable del Holocausto judío, uno de los puntos para el inicio de la Segunda
Guerra Mundial. Aunque principalmente hubo factores políticos y económicos,
pero eso solo fueron pretextos, la única razón del estallido de la guerra fue
cumplir con la absurda idea de Hitler: ser el dueño absoluto del mundo y crear
un solo linaje.
Las personas siempre hablan de evitar repetir cosas desastrosas
y crueles, como es el caso de la Alemania Nazi, sin embargo, eso al final de
cuentas es solo un papel mojado o solo queda en una anécdota porque vuelve a
repetirse en otro lugar del mundo. No solo Hitler es el único caso, otro de los
genocidios más sangrientos, fue lo ocurrido en Uganda con Idi Amín, Ceaucescu
en Rumania, o la masacre étnica religiosa en la ex Yugoslavia. Muchas otras
seguirán repitiéndose debido a la testarudez del hombre.
Si ‘El Führer’ fue uno
de los personajes más sanguinarios que haya visto el mundo, no es el único,
siempre existirán hombres como él, tal vez, en algún momento, no muy lejano,
pueda salir nuevamente alguien con la misma naturaleza o con características
similares. Al final de cuentas espero equivocarme, pero en este mundo todo
puede suceder, a tal punto, de ver a otro ‘Führer’, quizás más sanguinario, tal
vez cumpla su cometido, pero eso no lo sabemos, solo el tiempo nos dará la
respuesta.
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