Cuando nacemos, la primera acción que realizamos, es el llanto, como todos los bebes, sollozamos por encontrar un mundo nuevo, diferente al que conocíamos hace nueve meses atrás, y vemos a una mujer observándonos con ternura y emoción, nos tiene en su regazo y nos habla con cariño, es ahí donde empieza realmente nuestra vida. Durante los primeros años de nuestras vidas, tenemos capacidades diferentes al resto, capacidades que nos hacen únicos, pero con el transcurso de los años terminamos perdiéndolo, porque simplemente dejamos de hacerlo y lo olvidamos. Ese tipo de capacidades para prestar mayor atención, para ser más calculadores, para darnos cuenta de pequeños detalles se van apagando sin saber cómo hicimos para tenerlo, además de no saber con certeza cómo hacerlos volver.
Hace algunos días encontré un documental donde demostraban
justamente las cualidades y capacidades que tiene un niño, pero que en el
transcurso de su vida lo va eliminando, el mismo estudio relataba que un
chiquillo podría tener la capacidad para contar de forma sumamente rápida, o
ser un gran dibujante debido a que asimila correctamente los detalles de un
objeto. Sin embargo esto llegaba a eliminarlo conforme iba creciendo. Un
científico realizó un experimento sobre esto, elaboró un examen a unos jóvenes
entre 15 y 21 años, muchos de ellos no supieron hacer un simple dibujo o contar
de forma rápida unos cuantos puntos en una pantalla. No obstante supo estimular
al cerebro para que vuelva a recuperarlo; a través de una artefacto, elaborado
por él, realizó el mismo examen a uno de los jóvenes y el resultado fue
asombroso, dibujó un caballo de forma magistral, al igual que en los puntos en
la pantalla, los contó con una exactitud impresionante, pero, todo eso lo llegó
a olvidar en escasos 15 minutos. A pesar que el resultado del experimento
arrojó que existe el método de recuperar esa capacidad, también tiende a
desaparecer, aunque, esto demuestra que podemos encontrar la forma que vuelva,
y porque no, que esté siempre con nosotros.
"No necesitamos ser brillantes
para ser geniales"
Existen mentes brillantes alrededor del mundo, y esto se
debe mucho a que esas personas no olvidaron esa capacidad cuando eran niños,
por eso son brillantes, porque sobresalen en lo mejor que saber hacer. Pero,
eso no quiere decir que todos los demás estemos condenados a ser personas con
un intelecto igual al resto, ya que existen muchos casos de individuos que
volvieron a recuperarlo, muchos de ellos por circunstancias adversas, es decir,
ellos sufrieron accidentes que afectaron en cierta forma su cerebro,
haciéndolos recuperar; aunque con grandes consecuencias. Un ejemplo muy
particular es el de un hombre de 50 años que sufrió una hemorragia cerebral, si
bien el señor se recuperó, algo en su cerebro cambió, una parte del cerebro se
activó, haciendo de él un pintor escalofriante, debido a que no podía dejar de
pintar. Una corteza del cerebro se activó, pero no hubo forma de controlarlo,
por lo que el hombre perdió a su familia, a su esposa y se quedó solo, con su
pincel y sus pinturas.
Todos contamos con cualidades diferentes al resto, no
necesitamos ser brillantes para ser geniales, solo basta con hacer lo que mejor
nos gusta, hacerlo intensamente y con la mejor de las pasiones, solo así
seremos mejores en nuestro rubro, seremos especialistas, por lo tanto seremos
importantes y fundamentales para la sociedad, solo seremos especiales.
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